Es lamentable ver a madres con niños, abuelos en sillas de rueda empujados por sus hijas, huyendo de sus casas por corredores humanitarios, que son carreteras llenas de nieve y hambre, en la geografía de Ucrania hasta la frontera con Polonia, y otros países vecinos, en busca de salvar sus vidas; de pronto sin haber cometido ninguna infracción, se convierten en refugiados, el nombre que le dan a los modernos miserables, que pasan a vivir en las plazas y calles del mundo. Y no solamente se trata de Ucrania, lo vive América Latina, con los venezolanos, que han corrido la misma suerte, de obligarse a dejar sus casas en busca de alojamiento, alimentación, ropa y medicina.
Estas circunstancias, así como la viven seres humanos indefensos, tiene un denominador común, son aquellos dictadorzuelos, que vestidos de demócratas, llegan a los cargos de mandatarios con discursos nacionalistas, y reivindicadores, para luego convertirse en monarcas autoritarios, que no se conforman con gobernar su país y llenarse los bolsillos de dinero robado, sino que quieren emular a Nerón, con ambiciones expansionistas de poder dominar bastos territorios, que les permitan robar mas tributos, y bienes materiales como minas de oro cobre, y petróleo.
¿Qué explicación encontramos? A estos hechos crueles, como los casos de Maduro en Venezuela y Putin en Rusia, tengan tanto poder en sus manos para declarar la guerra a otros países, con ventajas militares y económicas, Rusia tiene más de 900 mil efectivos militares frente a 200 que tiene Ucrania; con tanques de guerra modernos, fuerza aérea para disparar misiles desde el aire, para atacar hospitales, viviendas civiles, destruyendo edificios, y matando ciudadanos ucranianos, que no entienden que esta pasando.
Las consecuencias de esta guerra miserable, nos afecta a todo el mundo, esto ha paralizado el sistema financiero en Rusia, no hay alimentos, la moneda de los rusos no vale nada, ha escaseado el dólar, a tal punto que los propios ciudadanos están en contra de la guerra; y que decir de la falta de trigo, de gas y otros bienes que Rusia provee a Europa, en fin, el mundo al revés, a punto de la tercera guerra mundial. Dios ilumine a los locos, para la paz.
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