De pájaros y pajaritos

Con cierta picardía y complicidad, cuando nuestras mamás nos hacían partícipes de algún secreto, requeridas por el origen de la noticia contestaban: “me lo dijo un pajarito”.

Este que es un dulce recuerdo, contrasta con dos hechos políticos en los que los pájaros vuelven a ser protagonistas: aquel del sórdido dictador venezolano que decía que el espíritu de su mentor, ese gorila vanidoso y torpe que pretendía ser el sucesor del ‘Libertador’, se le había presentado poco después de su muerte en la forma de un pajarito y hasta la dedicó algunos trinos, y este más reciente, relacionado con una denuncia en el sentido de que se habría entregado un aporte de la narco guerrilla colombiana a una de las candidaturas presidenciales del Ecuador.

Más allá de lo alarmante de este hecho, que no solo configuraría una grave infracción electoral, pues podría constituir también una infracción penal, por lo que la Fiscalía del Ecuador se encuentra estudiando el material que le fue entregado sobre el particular por el titular colombiano de esa función, por lo que debemos esperar la acción de la justicia; mientras tanto, unos pájaros aparecen nuevamente en escena para desmentir la acusación a través de un ornitólogo que determinó que los trinos que se escuchan como fondo de la proclama revolucionaria no corresponden a aves colombianas, sino a unas que viven en el Ecuador. El sabio informante seguramente pudo acceder a los documentos de identidad de los cantores y de esa forma desmentir hecho tan grave y, claro está, nosotros debemos aceptar esa explicación científica y quedarnos en paz.

La verdad es que cuando uno conoce de cientos de miles de ecuatorianos que votan por quienes les robaron hasta la esperanza, puede creer que sí, que casi todos somos subnormales y que creeremos el cuento de los pájaros cuya nacionalidad ecuatoriana no admite discusión.