Vivienda de interés social

Nicolás Gómez Campos

En Ecuador los planes de vivienda de interés social se plantean desde la cantidad, las inmobiliarias y organismos estatales que llevan a cabo estos proyectos buscan construir el mayor número de viviendas, generalmente estandarizadas y fáciles de replicar, en terrenos muy amplios y baratos, generalmente en las periferias de la ciudad, ignorando factores sociales, físicos, climáticos y económicos propios de su contexto, por tanto, la calidad de la vivienda ofertada pasa a segundo plano.

Pero las necesidades de las personas van más allá de tener una casa propia, sino que esta casa debe estar bien ubicada, tener un fácil acceso a servicios públicos de transporte, educación, salud, a los centros económicos y de abastecimiento de alimentos. No es coherente dar viviendas alejadas de los centros urbanos a personas que no pueden destinar parte de sus ingresos y de su tiempo en movilizarse.

La construcción de viviendas en masa conlleva la aplicación de un modelo de vivienda predefinido que se repite, Jorge Taborda llama a estos planes “paraísos siniestros” por su perfecta composición geométrica y por su escaso espacio, falta de áreas verdes, equipamientos, etc.

La baja calidad espacial, material y de ubicación reduce condiciones de habitabilidad y del tiempo que las viviendas estarán en buen estado. Esto dará como resultado el poco interés del usuario por el mantenimiento de la vivienda, además de la falta de apego y el poco sentido de pertenencia.

Nikos Salingaros explica que se le da verdadero valor a la vivienda cuando las personas forman parte del proyecto, desde la planificación, la toma de decisiones y la construcción. Así a más del costo económico, se suma un factor sentimental y de apego a la vivienda, fomentando el compromiso por mantener las viviendas en buen estado, además este conocimiento les sirve como experiencia para realizar posibles ampliaciones.

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