Vacacionales

Verónica Narváez

Se acabaron las jornadas de los vacacionales, quedan en nuestros niños experiencias y recuerdos para toda la vida gracias a estos espacios de formación que dan la oportunidad de que los niños descubran habilidades, socialicen, fortalezcan su cuerpo y también sean más conscientes de su entorno y el respeto a los seres vivos.

María Montessori decía “Ninguna descripción, ninguna ilustración de cualquier libro puede sustituir a la contemplación de los árboles reales y de toda la vida que los rodea en un bosque real”. En concordancia con esta frase, se dio apertura a vivir la experiencia del Eco Club Kasama promovido por la Prefectura y los días domingos el vacacional en el parque Ecológico Etno-botánico “Mariano Chanchay” gracias a la Fundación Chanchay con apoyo de la Prefectura, UTE e Instituto Tecnológico Japón. Así fue como muchos niños vivieron los bosques y aprendizajes de consumo y biodiversidad, que no solo fortalecen la relación de los niños con la naturaleza, también refuerzan las relaciones humanas en una convivencia donde aprendieron de ciencia y hasta de nutrición.

Las lecciones aprendidas son tantas, pero resumo lo más urgente: – Se requieren activar muchos más espacios de formación por la educación ambiental, espacios que permitan la convivencia con la naturaleza, invertir en parques urbanos que priorice generar lugares de conexión con la tierra, flora y fauna.

– Mantener de forma continua los talleres y club ecológicos, considerando que las medidas de salud lo permiten. – Se requiere aunar voluntades de Privados y públicos para generar talleres continuos. -Se necesita la participación de las familias para contribuir en el aprendizaje de los niños, porque sin duda, en su corta edad lo que más quieren es diversión reforzando de forma instintiva los lazos con la naturaleza.

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