Diciembre, mes de solidaridad, amor, alegría, sueños y esperanza. El último mes del año ha llegado, nos encontramos ya en el último escalón y cercanos a un nuevo comienzo. Aún quedan retos por cumplir, días por vivir y sueños por realizar. Es momento de cambiar todo aquello que no nos deja avanzar, hacer las cosas de forma correcta y estar en paz con los demás. El momento es ahora, está en nosotros hacer que cada día cuente. Siempre hay una razón y un propósito para continuar, sin dejarse vencer de las adversidades que la vida nos presente.
Se acerca una fecha muy especial y conocida por todos, donde podemos reflexionar y sobre todo agradecer por lo que se tiene; una familia, un hogar, vestimenta, comida, amistades sinceras, etc. Creo que si empezamos a contar todo por lo que hay que agradecer la lista no tendría fin, cuando uno valora lo que tiene y agradece, los problemas ya no pesan porque se aprende a vivir con alegría, amor y gratitud con nuestro ser creador. Aprendamos a vivir un día a la vez desde el amor y la gratitud, solo así le daremos brillo a nuestra vida, sin dejar para mañana lo que se puede hacer hoy. Aprovechemos nuestro tiempo para hacer el bien, sirvamos de apoyo y ayuda incondicional siempre.
En estas fechas, llenemos nuestro espíritu de amor y solidaridad hacia los demás, que su significado sea más profundo y vaya más allá de cosas materiales, que nuestras acciones transformen la vida de los demás para bien. Compartamos alegría, regalemos más sonrisas, más abrazos y empatía. Busquemos el sueño y propósito de nuestra misión en este mundo y persigamos esa estrella en el firmamento que nos muestre el camino correcto como a aquellos reyes magos caminando en el desierto.
Que el amor de Dios nos llene de amor y de paz en esta navidad.