Tiempo de Navidad

Ruby Mena Melo

Ruby Mena Melo

Desde hace varios días he escuchado diversos comentarios con respecto a esta fecha: “No tengo qué ponerme para la cena”, “no me alcanza para el regalo de mis hijos”, “ojalá me den muchas cosa”, etc.

Es impresionante la ansiedad que le genera a muchas personas el no tener ‘suficiente’ dinero para poder realizar o comprar cosas que, según ellos, son necesarias. No es el festejo de conjuntos de estreno o la noche de Santa.

La ansiedad es una emoción normal que se experimenta en situaciones en las que el sujeto se siente amenazado por un peligro externo o interno, le estamos dando importancia a lo absurdo, dejando que se lleve nuestra tranquilidad algo que tiene solución o simplemente no se necesita. Viene de la mano de la malinterpretación de la festividad.

¿Qué le estamos enseñando a los más pequeños? ¿Que un regalo, una gran cena, ropa y objetos nuevos es lo que importa?

Se está dejando de lado la emoción de poner un arbolito y decorarlo, los sentimientos encontrados en la novena; a veces, por diversas causas, las personas deciden no celebrar la Navidad, porque han pasado ‘malos momentos’ y sienten tristeza, pero celebrarla no es sobre nosotros y nuestros intereses.

La Navidad, para los católicos, es la conmemoración del nacimiento de Jesús de Nazareth. Esta fecha fue elegida por líderes de la iglesia cristiana inspirados en los evangelios de San Mateo y San Lucas. Todo esto muy lejano a hablar sobre cosas materiales, se trata de unión y gratitud.

En unos años nadie recordará lo material que tuvieron en esa época o lo que cada persona traía puesto, lo que perdura es el amor y el tiempo de calidad que se pasa en familia.

Debemos celebrar en honor al nacimiento de Jesús, cuidar y valorar lo que tenemos y a quienes tenemos, porque una vez perdido aquello, no hay marcha atrás, y nada de lo material que deseábamos para estas fecha podrá llenar ese vacío.

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