Sí hay soluciones

Oliver Briceño

Es el ocaso del año 2021. Un segundo año de la pandemia que ha dejado estragos en la sociedad. Uno de ellos, es el aumento inmoderado de la pobreza. A junio de 2021, según datos del INEC, el 32% de la población ecuatoriana vive con menos de dos dólares al día, y el 15% se encuentran en pobreza extrema.

Si bien tal nivel de pobreza se la debería de tomar con la mayor urgencia posible, así como destinar todos los recursos necesarios para combatirla, la realidad es que nuestro gobierno mantiene una hoja de ruta de austeridad.

Es por ello que son necesarias medidas que tengan el mayor impacto en la lucha contra la pobreza con la menor utilización de recursos posibles.

Convenientemente, los economistas Banerjee y Duflo, galardonados con el premio Nobel de Economía en el año 2019, recogen en su libro “Poor Economics” medidas concretas para aliviar la pobreza centradas en soluciones de mercado, frente a los grandes planes de desarrollo que en algunas ocasiones no han obtenido apenas efectos.

Estas son solo algunas de las medidas que se mencionan en el libro: se encuentra el otorgar suplementos de yodo a madres embarazadas para combatir la malnutrición desde el útero, la cual tiene consecuencias después en la vida adulta de las personas con su educación e ingresos.

En cuanto a salud, las personas tienden a preferir curarse una vez desarrollada la enfermedad, a prevenirla, como por ejemplo con el uso de vacunas; una medida que otorgue incentivos por vacunarse (dinero o comida gratis), resulta mucho más económico que los gastos médicos en los que después incurra el estado.

Respecto a educación, las transferencias monetarias han demostrado ser muy eficaces para combatir la deserción escolar, ya que los niños y niñas, habitualmente, se ven obligados a trabajar para ayudar en sus hogares.

En definitiva, soluciones existen, y de todos los enfoques, pero al final siempre se reduce a una cuestión de voluntad.

[email protected]