Más allá de nuestros amplios o minúsculos conocimientos en macroeconomía nacional o global no es necesario ser un experto para tener un sentido de coherencia ante la inversión.
Inversión es sin duda algún sinónimo de prosperidad, una prosperidad sostenible que empuja sobre todos a los ciudadanos más necesitados, una inversión se ve reflejada más allá que en las cifras económicas en lo social y familiar.
Aquel inversor que ha decidido creer en nuestra nación simplemente es una persona honorable que ve en nuestro país algo maravilloso que algunos olvidan que tenemos, oportunidad y posibilidad de prosperar.
Aquel inversor genera beneficios al ciudadano de pie al generar plazas de trabajo, al comprar al ferretero y a los dueños de terrenos para iniciar sus instalaciones, da empleo a desempleados, alimento a las familias y prosperidad para la sociedad.
He escuchado a lo largo de mi vida una frase dicha por muchos pero reflexionada por muy pocos, el verdadero “bienestar social” no es aquel que te da un gobierno al otorgarte un subsidio, el verdadero bienestar social es otorgar empleo al desempleado, la oportunidad de trabajar y alcanzar lo que deseas y crees merecer sin persecución, es prosperar en libertad, aquel es el único bienestar social que existe en el mundo y no falacias de políticos que desean un país de fantasía e ilusión los cuales de acuerdo con la historia solo terminan en desgracia.
Felicito a todos aquellos emprendedores, empresarios y grandes corporaciones, inversionistas tanto nacionales como internacionales, porque gracias a ustedes aquellas familias trabajadoras pueden prosperar, ustedes sacan adelante a nuestro país, sin ustedes, nuestra nación y principalmente la población más necesitada decaería.
Invito a ver la inversión como lo que es, una situación de oportunidad, prosperidad para todos, una prosperidad verdadera y sobre todo sostenible.