Pero estamos vacunando

Rogelio Morales Cattani

En un momento la gente se cansó de escuchar las trilladas frases: “robó, pero hizo obra”, o, “pero tenemos carreteras”. Ahora, lo más parecido a esto, aunque sin la palabra “robó” porque no han existido denuncias al respecto, todas las deficiencias en el sector salud se tratan de disimular, con el “pero estamos vacunando”.

En pandemia, vacunar no es todo, es eso y muchísimo más y en estos seis meses hay varios pendientes que ya debieron haber sido resueltos. La gratuidad de las pruebas diagnósticas y el control de precios que cobran los laboratorios privados, por ejemplo.

En el tema “vacunas”, aparentemente existe un “pacto de confidencialidad” para no informar el precio de las mismas, que se compran con dinero de los impuestos y por tanto es obligación informar cuánto cuestan. Recordemos, que algunos miles de “vacunas” se han recibido como supuesta donación de EEUU y la China, a pesar que nada es gratis en la vida, también es una información pendiente.

Conociendo las falencias de un sistema sanitario en crisis, se aceptó el reto de tratar de solucionar graves problemas estructurales, allí donde pacientes y hospitales sobreviven casi sin medicinas ni insumos médicos, la situación del Hospital de Alausí es calamitosa, con 102 años de vida se resiste a morir, a pesar del abandono del estado. Ahí al menos hay desidia, apatía y probablemente impericia y negligencia.

Si se actúa con procrastinación, posponiendo la solución de los problemas de salud, es inevitable que afloren emociones y no se actúa sobre los hechos, esto lleva a otro tipo de errores mucho más graves, donde el costo social siempre termina pagando los más pobres y débiles. Es decir, los mismos que deben comprar sus propias medicinas, o pagar para que le realicen exámenes de diagnóstico en instituciones privadas, cuando la responsabilidad es del estado. Pero estamos vacunando.

“yo a Dios le creo, el resto que presenten números” u obras.

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