Pan y circo

Diana Luzuriaga Vera

“Pan y circo” esta frase originada en Roma, fue una sátira dirigida a los políticos de aquella época (140 a. C.) quienes diseñaron un plan basado en el clientelismo para ganarse el voto popular (regalaban comida barata y entretenimiento). Su estrategia de corto plazo les permitía acercarse lo suficiente a la plebe para lograr sus objetivos electorales.

También sucede en el reino animal, algunas sepias consiguen fascinar a sus presas con los cambios rápidos de diseños de colores en sus cuerpos, haciendo que las víctimas queden embobadas y completamente inmóviles, listas para convertirlas en su alimento. Así los políticos de forma casi hipnotizante adormecen el espíritu crítico de los ciudadanos. Esta estrategia ha demostrado ser tan efectiva para acceder al poder que se utiliza y acepta sin ningún escrúpulo.

“Por la plata baila el mono” dijo en su canción Wilfrido Vargas, haciendo referencia al comportamiento de ciertas personas que cambian de opinión, olvidan sus principios o incluso pueden ser capaces de cualquier cosa por beneficios económicos. Cada periodo electoral se imponen las campañas suntuosas sobre las propuestas.

Vemos actores políticos buscando congraciarse con las masas populares que durante el periodo no electoral resintieron la indiferencia de sus gobernantes y que, al recibir regalos, rumbas, tarrinas de comida, sanduchitos etc., se les olvida todo.

Este círculo vicioso ha llevado a nuestro país a un punto de quiebre estructural muy preocupante. Se dice que donde hay éxito es porque alguien tomó una decisión valiente. Es momento de ser valientes y despertar nuestra conciencia y memoria. Rompiendo con la práctica errática del populismo sin resultado y el voto emocional que nos conduce al inminente fracaso. Evaluemos a los postulantes, su trayectoria, acciones y resultados.

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