¡No, y no…

Orlando Amores Terán

Orlando Amores Terán

 

Y no me da la gana, una dictadura como la cubana! Nos encontramos en situación similar a la que estuvo Chile en 1972: un régimen comunista, que provocó división social, escasez, expropiaciones, pobreza, caos. 

En Ecuador, el régimen ejerce desde una estructura, de narco-Estado que generó división social, no expropió, pero el expolio consiste en triplicar impuestos: de los 22 que pagábamos el 2006, hoy nos extorsionan con 68, para sostener gastos suntuarios de una burocracia que también se triplicó: de 250.000 sirvientes, en el 2006, se incrementó a 800.000, en la década infame 2007-17; generando repugnantes diferencias. 

Mientras un mediocre, inepto y por lo general corrupto burócrata de elección o designación, gana de $2.000 a $5.000 mensuales, el pueblo sobrevive con $90 al mes. En Chile 1972, el caos era político. En Ecuador, es provocado por la instauración del narco-Estado que sometió a la Nación a leyes diseñadas para favorecer el delito y proteger a los criminales, anteponiendo los DDHH de los delincuentes, al interés de la sociedad, que la mantiene en indefensión; desarmó a la población; anuló la reacción de la fuerza pública ante el hampa; destruyó la disciplina, tradiciones, usos y costumbres de las instituciones castrenses; permitió que la delincuencia se tome espacios públicos, políticos e infiltre las instituciones y la fuerza pública. Ello provocó inseguridad social y jurídica, corrupción generalizada, fraude electoral, injusticia e impunidad. 

La diferencia con Chile, radica en el hecho de que muy pocos en el mando militar, se sometieron dóciles al comunismo, como Schneider y Prats, quienes ante el caos, sostenían que las FFAA debían «obediencia» al poder constituido. Esa actitud, en situaciones de peligro para la Nación, comporta traición al juramento de defender la Patria. En Ecuador, mandos acomodaticios, permitieron se instaure el narco-Estado.  

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