¿Negro o afrodescendiente?

Anita Caicedo

La palabra que usaron los esclavistas para homogenizar la variedad de etnias africanas raptadas de su continente fue la palabra “negro/negra”. Empleada con la intención de disminuir, degradar y diferenciar a millones de personas africanas de los europeos. Producto de pensar si es correcto o no el uso de dicha palabra por parte de personas blancas/mestizas, aparecen cuestionamientos sobre por qué puede ser una falta de respeto que la usen, o peor aún, que la usen para llamarse entre su grupo privilegiado.

“Mi negrita, negrita de mi vida, mi negro”, son algunas de las formas en que las personas exponen desde el lenguaje verbal, cierto tono de pertenencia hacia nuestra historia, pero cuando la usan para llamarse entre ellos y ellas, se apropian en su insensibilidad e ignorancia de nuestra identidad. Existiendo en la palabra “negro” un término cuyo origen es colonial y esclavista, aún conserva esos tintes en su expresión y por tal razón se ha gestado alrededor de cuestiones negativas. Lista negra, oveja negra, mercado negro, entre otros.

Sin embargo, la palabra que fue una imposición desde su raíz empleada con la intención de descalificar y subordinar por el color de la piel, ahora se ha convertido para las personas negras en una forma de reivindicar y recordar las luchas y conquistas de nuestros ancestros y ancestras cimarrones.

Por lo tanto, las personas blancas, en su posición hegemónica y privilegiada, deberían abstenerse de usar la palabra debido a los motivos de su nacimiento, puesto que cuando viene desde un cuerpo blanco, la relación que se establece es de jerarquía y dominio. La palabra que usaron para oprimir no la puede usar el grupo opresor, por ende, se debe de plantar como un compromiso de iniciar a reparar daños desde el lenguaje y comenzar a llamarnos “Afrodescendientes”, término aceptado en la Conferencia Regional de las Américas en el 2000 que demuestra mayor respeto y refiere a todas las personas con origen genético africano.

[email protected]