Mujer y niña en la ciencia

Emily Torres Larriva

Durante años nos han contado la historia de la ciencia con ciertos cambios y modificaciones que pretendieron ocultar el talento y capacidad de mujeres que permanecieron años estudiando y preparándose para mejorar la calidad de vida del ser humano.

Lamentablemente años más tarde, muchas mujeres pudieron ser reconocidas y sus historias fueron rectificadas, grandes científicas como Marie Curie vivieron en el anonimato y su aporte pudo ser aplaudido años más tarde cuando su verdadera leyenda se contó, sin embargo, las brechas de género persisten y los obstáculos se mantienen. Romper estereotipos asentados siglos atrás deben ser suprimidos, no podemos permitir que la ciencia siga vinculada directamente con la masculinidad, que no desmerecemos, pero el papel de adolescentes y mujeres que actualmente participan en grandes proyectos científicos debe ser reconocido y aplaudido.

“Menos del 30% de los investigadores del mundo en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres. Un porcentaje que, además, está peor pagado por sus investigaciones y que no avanza tanto en sus carreras en comparación con los hombres, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)”.

La Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó que el 11 de febrero de cada año se conmemore el Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia, fecha próxima, cuyo propósito es concienciar a los ciudadanos y reconocer la contribución que las mujeres han hecho en los avances científicos.

Las barreras sociales, conocidas como los famosos techos de cristal, deben ser eliminados, la participación paritaria, igualitaria y equitativa, permitirá que contemos con sociedades más justas y organizadas, porque la participación conjunta tiene un solo resultado el crecimiento general.

Para incentivar la pasión por la ciencia hay que devolverles el espacio y la dignidad a las mujeres.

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