Libertad

Ariana Miñaca Toro

Si bien es cierto, las infecciones por covid-ómicron crecen de manera imparable, esta es la razón principal de que algunos gobiernos están trabajando para detenerlo reforzando la vacunación universal y promoviendo prácticas de protección e higiene. Políticas efectivas para contener el virus. Pero algunos no apoyan y tampoco creen en las nuevas variantes del virus, lo que prolongaría la crisis. Este grupo es muy diverso, todos unidos por un único concepto errado de libertad.

Normativamente, la libertad es uno de los derechos humanos fundamentales. A lo largo de los siglos, varios países lo han incorporado a sus culturas, constituciones y leyes como uno de sus valores principales.

Sin embargo, desde un punto de vista real, todo el mundo nace con muchas limitaciones y condiciones. Si naciste en un país autoritario, crecerás bajo la opresión. Si naciste en la pobreza, vivirías con hambre y muchas necesidades. Si naciste de ascendencia indígena o afro, la discriminación y el racismo te perseguirán por el resto de tu vida. En este contexto, la libertad es una utopía, es una responsabilidad, una inspiración. Así, impulsó una revolución contra la injusticia y el dogmatismo. Siendo base de la modernidad, la creatividad y el pensamiento crítico.

A pesar de que la libertad la utiliza el capitalismo que refuerza el individualismo y el egoísmo: «Hago lo que quiero». Pero si vives en sociedad, tu libertad termina donde empiezan tus vecinos. Si no, se convierte en violencia contra su familia y comunidad. En nombre de la libertad, se invaden naciones, se destruyen bosques, se contaminan océanos y ríos.

La libertad es una responsabilidad hacia uno mismo y hacia los demás. La vacunación es una responsabilidad solidaria y compartida de las naciones y los individuos. El Estado toma medidas sensatas y la gente debe cuidarse.

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