La seguridad nos involucra

Orlando Amores Terán

Considero que la opinión técnica y libre de atadura burocrática del coronel Pazmiño, es más importante que la asunción de una cartera de Estado en un régimen inepto, carente de decisiones.

Además de las propuestas del coronel Pazmiño que consisten en: conformar una fuerza de tarea conjunta en Esmeraldas-Sucumbíos, conformar una fuerza de tarea conjunta del Pacífico, con comando en Manabí, militarizar puertos y aeropuertos, mantener control permanente de seguridad pública, en todas las ciudades; considero que hay que reeducar al servicio público y a la fuerza pública en valores morales, cívicos, patrióticos, históricos, culturales y en contrainsurgencia, para que identifiquen a los narco-comunistas como sus enemigos naturales, a los que tienen la obligación de neutralizar, jamás obedecerles ni rendir honores. Con patriotas especializados, hay que restaurar los servicios de inteligencia, marginar a los antipatria, lacayos del régimen de la década infame.

Se debe conformar una División de empleo asimétrico, dispersa en los repartos provinciales, integrada por elementos de fuerzas especiales del Ejército, Armada, Aviación y Policía que estructure unidades combinadas de 10 a 40 efectivos, asignados a los 221 cantones, para realizar inteligencia, mapear el terreno, ubicar hostilidades, conformar con la población civil Frentes de Defensa de la Libertad, crear en la población una moral patriótica que defienda valores (Dios, libertad, patria, familia, propiedad), neutralizar actividades hostiles, en coordinación con fuerza regular.

Si no hay reeducación de la fuerza pública e involucramiento de la sociedad civil, siempre será insuficiente su trabajo, por la limitación que comporta tener 95.000 efectivos, para proteger a 17 millones de personas, dentro de una circunscripción territorial de 256.370 kilómetros² y el sometimiento a leyes diseñadas para favorecer el delito y proteger a los criminales.

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