Justicia sanitaria

Rogelio Morales Cattani

Asistencia sanitaria igualitaria, universal, completa y gratuita, resume lo que es justicia sanitaria.

El acceso igualitario a la salud se cumple con dos parámetros interconectados, aunque distintos. El primero, el acceso igualitario a la asistencia médica, dejando atrás el privilegio de contar con una medicina para ricos y otra para pobres. Lo segundo, el acceso a medicinas, insumos y tratamientos en un sistema de salud interconectado, donde las referencia y contra referencias funcionen para optimizar los servicios hospitalarios.

Distribuir equitativamente los recursos humanos y técnicos, es responsabilidad de quienes dirigen la salud, conscientes que la inversión en tecnología y terapéuticas modernas, son servicios cada vez más costosos, aunque inaccesibles para el común de las personas que, en cambio, están cada vez más informadas, que tienen mayor expectativa de vida. El porcentaje del producto interno bruto que se dedica a la sanidad, jamás debe estar estático, peor aún disminuirlo, por el contrario, siempre deberá estar en aumento de acuerdo a prevalencias y necesidades poblacionales.

La asistencia y tratamientos médicos, deben cumplir con los criterios de “suficiencia”, es decir, lo mínimo decente para poder cumplir con las tareas, lo más adecuado para unos, no puede ser adecuado para otros, además que existen factores políticos y sociales que no necesariamente son sanitarios, pero que condicionan la salud.

Solo en un liberalismo clásico, el estado en temas de salud se limita a informar, brindar educación médica y vigilar el mercado sanitario que mayoritariamente se encuentra en manos privadas. En un estado como el nuestro eso no es suficiente porque la mayoría de la gente necesita una medicina socializada que el estado está en la obligación de brindarle, tanto más en una población empobrecida que no tiene recursos para acceder a la medicina pre pagada.

Si se anuncia la entrega de medicina gratuita a través de farmacias externas en una de las formas de paliar el problema y esto solo se realiza en ciudades grandes, se está perdiendo el sentido de la universalidad e igualdad y el programa estaría condenado a fracasar.

 

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