Jubilación estancada

José Manuel Aguilar Reyes

Soy un jubilado ecuatoriano que reside en los EE. UU., cansado de observar cómo mi pensión jubilar no se mueve en varios años, contrario a la normal secuencia de la vida, que a mayor edad mayor debería ser la pensión por vejez.

El irrespeto a cerca ya de medio millón de jubilados en mi país, es cuotidiano; aumentando significativamente nuestra preocupación, al escuchar la seria situación económica de nuestra matriz, siendo un elemento más de inseguridad que se suma a la ya precaria situación del jubilado, que deberíamos gozar al menos de tranquilidad emocional, al haber entregado nuestra vida al desarrollo integral del Ecuador, recibiendo en pago, pócimas de fastidio y desestabilización, que abona desesperación y sufrimiento a nuestra escuálida situación económica familiar.

No soy un experto en el tema de seguridad social, pero no necesito serlo, porque vivo en carne propia los continuos atropellos a nuestra posición jubilar, de parte del IESS, que lamentablemente se transformó, desde hace muchos años, en “caja chica” del gobierno de turno, y una oportunidad de enriquecimiento ilícito al sector político, que asaltó nuestra sede, en forma continua e inmisericorde, haciendo a un lado a miles de expertos que pugnaban o quizá pugnan por ocupar satisfactoriamente los puestos disponibles, que fueron o quizá son parte de compromisos políticos ajenos a la realidad social que viven los 8.5 millones de afiliados y el número indicado de jubilados en mi país.

No me encuentro ajeno, a la larga lista de necesidades del sector jubilar, que se enmarca desde la no devolución de dinero por parte del SRI a los jubilados por compras de bienes y servicios, hasta la falta de reformas a la seguridad social, que es la base medular a este escabroso tema, pasando por una urgencia al gobierno, que aclare la forma de pago inmediato a la abultada deuda estancada ya por varios años, cuya entrega otorgaría tranquilidad a las finanzas del IESS.

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