Dos niños brutalmente agredidos es un nuevo caso que “alarma” al país, hechos y sucesos de la vida diaria que muestran lo que ocurre a pocos metros de nuestra casa e incluso somos parte de estas trágicas historias.
Un niño de seis años y su hermana de ocho años, fueron internados en un hospital infantil de la ciudad de Guayaquil, el pequeño tenía el 80% de su cuerpo quemado, presentaba heridas en la cabeza, manos y piernas, dentro de sus partes íntimas se descubrió un objeto, mientras que la menor presentaba signos de violación, golpes y tortura.
Estos niños supuestamente se encontraban retenidos por su padre, la madre asegura que no ha tenido contacto con los menores desde hace cuatro años.
Sucesos que se repiten en todos los países del mundo, a nivel mundial 1 de cada 2 niños y niñas entre 2 y 17 años sufre algún tipo de violencia cada año, mientras que el 58% de niñas y niños en América Latina sufrieron abuso físico, sexual o emocional en el último año”.
Hemos aceptado estos actos como normales, al escuchar de nuevos casos no ocurre nada, adoptar conductas violentas en contra de niños es parte de la cultura ecuatoriana quien tiene en su diario vivir situaciones como estas. Aún en nuestros días se sigue normalizando: la violación en escuelas, el maltrato físico en la comunidad y la agresión sexual.
Debemos analizar los costos y consecuencias de la violencia, más aún cuando se trata de menores de edad, puesto que genera daños irreversibles para toda la vida, muchos casos que ya se han analizado a nivel nacional, terminan en homicidio.
Es importante enfocarse en la prevención que es la solución para que estos hechos no se sigan replicando, los países a través de sus órganos de control deben ejecutar planes de acción, reforzar y mejorar el sistema judicial, puesto que, aunque contemos con leyes y procedimientos en la práctica pocos casos se resuelven de manera eficaz y eficiente.