Hay seguridad

Orlando Amores Terán

Orlando Amores Terán

Si se protege la vida. La planificación de la seguridad fundamentada en el «derecho a una cultura de paz», surge débil, proclama una limitación impuesta por el narco-terrorismo internacional, autodenominado socialismo del s.XXI, en todas las «constituciones” en las que penetraron a través de Constituyente. Mutila el derecho primigenio a la vida, que es el que debe primar.

Subordina el derecho fundamental a preservar la vida, la libertad, la propiedad, la justicia, a una actitud indolente que impone una cultura de quietud, ante la violencia que irrespeta la vida, la libertad, la propiedad, la justicia, ejercida por supremacistas indígenas, animalistas, progres, que conforman el nuevo proletariado, junto al narcoterrorismo, el crimen organizado y la delincuencia común, que se sienten protegidos por la «cultura de paz», impuesta a la sociedad, mientras ellos ejercen violencia, en la seguridad que no tendrán la decidida y proporcional respuesta a sus actos, porque la «cultura de paz» anula toda defensa, toda organización social para enfrentar la agresión;  obliga a la fuerza pública a adecuar su respuesta con timidez, para no vulnerar los derechos de los hostiles, quienes se sienten autorizados a romper la «cultura de paz», con la certeza que las normas jurídicas les protege, les asegura impunidad. 

La muestra son los eventos narcoterroristas de octubre 2019, junio 2022; la negativa reiterada de la Asamblea, a legislar en defensa de la población inerme, autorizando el porte de armas; a derogar la legislación que favorece el delito, protege a los criminales, antepone los DDHH de infractores, terroristas, al interés general de la sociedad; a abolir las normas que anulan la capacidad de respuesta de la fuerza pública ante el hampa.

La planificación de la seguridad debe sustentarse en la preservación de los derechos universales a la vida; a la propiedad; a la libertad; a que nadie me obligue a hacer algo prohibido, o a dejar de hacer algo permitido por la ley. De ese modo se defiende oportuna y eficazmente la sociedad.