Es difícil pensar que alguien podría quedarse satisfecho con la respuesta de que los vegetales son minerales que crecen, también nos parecería insuficiente la explicación de que los animales son plantas que se mueven, ¿Por qué entonces si estas afirmaciones nos parecen insuficientes y hasta ridículas, no nos parece extraño decir que los humanos somos animales racionales? Es que si esta afirmación en contraposición con las anteriores, no nos parece extraña es solo por décadas de influencia del materialismo histórico en las aulas de clase.
Así como un vegetal es más que una estructura material con capacidad de crecimiento y, un animal es mucho más que un vegetal con capacidad de desplazamiento, así mismo, la filosofía natural o esotérica plantea que el ser humano, es mucho más que un animal con capacidad de razonamiento.
Las respuestas simples son una cosa; las simplonas, carentes de profundidad, o aquellas que buscan ocultar o desdibujar la realidad, son otra.
¿Qué es el Ser Humano entonces?, las respuestas que encontramos a esta pregunta son todas hijas de diferentes perspectivas. Puntos de vista, que como el señalado, ocultan más de lo que muestran. Otra perspectiva podría ser la del Humano, como una criatura especial, colocada en el centro y la cima de la creación, amo y señor de lo que ve, libre de usar y tomar cuanto le plazca, un ser acabado he imperfecto. Errar es humano, dicen muchos, como si no pudieran hacer nada al respecto y como si ello fuera el distintivo de nuestra especie.
La Filosofía nos ofrece otra perspectiva. Ver al Ser Humano como un ser en permanente cambio y evolución, con una vida interior infinitamente rica y que guarda en ella las potencialidades que le permiten al Hombre, realizar verdaderos prodigios, superar sus propias limitaciones, y sorprenderse a sí mismo.
Nueva Acrópolis Santo Domingo