Eros y el alma

Yveth Romero Padilla

Yveth Romero P.

El filósofo Platón, en su diálogo El Banquete, nos explica que el amor es un puente entre lo humano y lo divino, y qué mejor que el mito griego de Eros y Psique para comprender este puente, que lleva al alma a su viaje en búsqueda de su propia inmortalidad.

La hermosa mortal Psique encarna la fragilidad, los defectos y las virtudes del ser humano en su constante búsqueda del sentido de su vida. Eros, el dios del amor, simboliza la fuerza de unión que impulsa a trascender lo mundano, el mundo frívolo y materialista, despertando en Psique el anhelo de alcanzar la divinidad.

El relato de este bello mito nos narra las pruebas que impone la diosa Afrodita, y que Psique (el alma) debe superar. Ella debe vencer sus miedos y despertar sus potencialidades para recuperar al amor (Eros). Las pruebas de Psique nos muestran un necesario camino de evolución para vencer sobre lo temporal e ilusorio, elevarse hacia El Olimpo y vivir junto a los dioses. Cada prueba refleja, simbólicamente, la lucha interna del alma por liberarse de su propia ignorancia, demostrando que el verdadero amor, es una fuerza hacia la transmutación.

La prueba final la llevó a ingresar al mundo de Perséfone. En el mundo subterráneo el alma enfrentará sus propias sombras, pues es un viaje de autoconocimiento y liberación. Deberá soltar los miedos, las dudas y encontrarse con su verdadero ser, solo así, podrá encumbrarse hacia la luz en brazos de su amado Eros, solo así será aceptada por los demás dioses del Olimpo, solo así logra su divinidad.

El verdadero amor (Eros, no Cupido), es un impulso hacia lo eterno, hacia la verdad y la belleza; es la fuerza de unión, es el poder de la magia, es la alquimia transmutadora, es quién guía al alma en su proceso evolutivo, es, como diría Platón, un puente entre lo humano y lo divino.

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