El poder de lo malo

Ruby Mena Melo

Ruby Mena Melo

Los estados de ánimo son una configuración entre sentimiento y lenguaje. Cuando surge una emoción, desencadena simultáneamente una historia; una historia, no siempre consciente, llena de distorsiones, generalizaciones y omisiones

La mayoría de nosotros tendemos a obsesionarnos con ciertos pensamientos negativos que surgen de malas experiencias o de nuestros propios errores

La razón de esto es conocido como ‘sesgo de negatividad’ porque afecta el comportamiento de las personas tanto en sus decisiones como en todas sus relaciones.

El sesgo de negatividad es la tendencia a poner más énfasis en los aspectos negativos de un evento, persona o situación en particular. Es el hecho de que se ponderen más los estímulos negativos que los positivos o neutros. Este fenómeno psicológico, también conocido como asimetría positivo-negativo, tiene un impacto significativo en nuestra vida diaria.

Esto explica por qué, al conocer gente nueva y descubrir sus rasgos desfavorables, las personas parecen centrarse solo en sus malos rasgos. Crea una primera impresión desagradable que es difícil de cambiar a largo plazo. También explica por qué es más probable que las personas recuerden a aquellos con quienes han tenido un evento o experiencia traumática, en lugar de aquellos que fueron agradables.

Hay que tener en cuenta que los pensamientos negativos son necesarios para sobrevivir, pero a su vez necesitamos un enfoque positivo que cree un balance, sin llegar a extremos.

Debemos aprender a detener el diálogo perjudicial interno, tomar conciencia de este tipo de pensamientos y reformular las declaraciones malas en declaraciones más positivas.

Los humanos estamos programados para buscar amenazas. Sin embargo, el psicólogo Baumeister cree que hasta que aprendamos a anular el impacto desproporcionado de lo negativo, eso distorsionará nuestra visión del mundo y cómo respondemos a él.

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