Día de las madres

José Manuel Aguilar Reyes

En este esplendoroso y diáfano día primaveral de mayo, deslizo mi pluma para resaltar al ser más sublime que Dios puso sobre la tierra: la madre, ser imposible de describir su misión y mensaje con palabras terrenales, pero que con su silenciosa acción divina, ha permitido que la tierra entera se llene de vida, para perennizar la vida sobre el planeta; yo, inclino mi frente para felicitar en este día a todas las madres de este gran país, como lo hago con enorme reverencia a las madres de mi país Ecuador, que estiraron sus vientres para albergar su fruto, amarlo, formarlo y cuidarlo, hasta dar como consecuencia, la grandeza de una patria, que hoy nos sostiene y nos permite vivir, anhelantes de mejores días.

Desde que el hombre valoró su rol sobre la tierra, se venera a las madres; en la antigua Grecia Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Alex, era venerada por los suyos con elevado respeto, hasta que el cristianismo, lo hizo, elevando a María, la madre de Jesús a los altares, donde debe estar y permanecer.

En 1865, la poeta y activista norteamericana Julia Werd Hower, propuso al mundo moderno, resaltar la misión suprema de las madres, iniciando una cadena de respuesta que hoy cubre al mundo; en los EEUU, el presidente Woodrow Wilson en 1914, decreto al segundo domingo de mayo como el día de las madres, siguiéndole otros países y generalizando a este día como lo que es hoy, aunque algunos países lo hacen en otro día, pero siempre de mayo, donde las flores emergen con su hermosura, dándole un brillo especial a esta celebración. Loor a las madres hoy y siempre.

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