Contra quién luchamos

Orlando Amores Terán

Luchamos contra el narco-terrorismo internacional, autodenominado «socialismo del s.XXI» que instaura a través de «Constituyente» un narco-Estado, que es una organización política que se sustenta en leyes diseñadas por delincuentes para favorecer el delito y proteger a los criminales, discapacita y anula a la fuerza pública, propicia que delincuentes se tomen espacios públicos y políticos, genera inseguridad, auspicia «ciudadanía universal», «patria grande», «unión de repúblicas socialistas iberoamericanas», moviliza extranjeros, les otorga los mismos derechos que a los nacionales, para alterar elecciones, instaura fraude electoral, provoca abuso de bienes públicos, corrupción generalizada, injusticia e impunidad.

Contra este monstruo debemos pelear. Pero antes tenemos que identificarlo sin eufemismo, para combatirlo con efectividad. Muchos teoréticos, ingenuos, pusilánimes, no aceptan que existe una estructura de narco-Estado. Ahí comienza el error, porque pretenden «salir de la crisis» propiciada por el sistema totalitario, como si se tratara de una situación política normal, con «diálogos», «encuentros», «negociaciones» en las que los vinculados al narco-terrorismo siempre exigirán dos cosas: inalterabilidad del sistema e impunidad.

El enemigo está entre nosotros; hay varios estómagos agradecidos, beneficiarios del narco-terrorismo, lacayos, agentes encubiertos; de 250.000 burócratas que existían en el 2006, en la década infame se incrementó a 800.000.

Entre ellos, a muchos, les importa un comino partido por la mitad, el futuro del país, están complacidos con el aumento de sueldo. Son tiempos agobiantes, por la parsimonia del régimen que no avisora el peligro que representa el narco-terrorismo que avanza por América, instaurando opresión y miseria, al que inclusive el actual mandatario financió. No podemos cansarnos. Esta es la última oportunidad que tiene Ecuador, para salir del narco-Estado instaurado en la Constituyente 2008.

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