Casa de la Cultura

José Manuel Aguilar Reyes

Considero mi deber social, escuetar algunas líneas de opinión, conducente a resaltar la importante misión de la Casa de la Cultura de Santo Domingo, entidad de la cual soy su miembro activo, asumiendo en consecuencia, la responsabilidad de relievar su misión y justificar, por lo tanto, el esfuerzo periodístico, de orientar a mis lectores a priorizar su acción en bien del desarrollo cultural.

Salí de mi país, en plena pandemia que limitó muchas de mis acciones culturales, porque parte de mi vida la invertí al desarrollo de ese campo: fui director del Núcleo Cultural de Santo Domingo, mucho antes de que exista la Casa de la Cultura local, sembrando la necesidad de su creación, que posteriormente se cristalizó; luego colabore en la administración municipal del señor Víctor Quirola como Director de Cultura y Patrimonio, desarrollando en coordinación con la Casa de la Cultura, importantes acciones en todos los campos culturales, hilvanando una estrecha y respetable relación de trabajo con su directora la Lcda. Chelita Torres y sus inmediatos colaboradores.

En mi ausencia, conocí que se había desarrollado el cambio de la dirección de la Casa de la Cultura local y que dicha elección recayó en un respetable activista cultural de esa entidad que, por muchos años, fue su colaborador de planta; me refiero al Lcdo. Eyron Álava, conocido personaje ligado a la actividad cultural de la ciudad, como artista de teatro, calles y plazas, siendo el arte su pasión y misión. Sé de su compromiso con la cultura; conozco de cerca su experiencia y deduzco en consecuencia que la entidad está en buenas manos, augurándole el éxito a su misión, que es el derrotero esperado para la cultura local, tan rica y multifacética, al fusionarse infinidad de corrientes culturales provenientes de varias regiones del país.

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