Atraco al pueblo

Luis Intriago Luna

Luis Intriago Luna

Por doquier se ve y escucha el reclamo desesperado del pueblo indefenso, viéndose afectado por las multas y sanciones exageradas que imponen las autoridades de las diferentes Instituciones, y ese pueblo pregunta a la prensa ¿Qué hacer frente a tanto abuso?

Es que vivimos en un caos donde es evidente el descontrol, no solo de las Instituciones del Estado sino también de la empresa privada que al darse cuenta de que no hay control también aprovechan para cometer los desafueros en nombre de la “ley”, con multas, castigos y sanciones a su antojo; contratos de compraventas hechos unilateralmente y a su medida afectando al “pobre comprador; así  ocurre en la compraventa de bienes raíces con contratos amañados escritos con letras imperceptibles a propósito, cuando la ley específica, que debe ser en letras legibles; así  las compañías que dan servicio de internet y TV por cable, etc. 

Pero los abusos van más allá con las instituciones del Estado, como por ejemplo, la Comisión de Tránsito, la A.T.M. y a nivel nacional, etc. éstas no se andan por las ramas, más imponen multas exorbitantes, impagables para los de precaria economía, multas porque rueda el vehículo, multas porque no rueda, multas por estacionarse, multas porque le detienen el vehículo, lo que es peor y criminal se llevan el vehículo  a los canchones y empieza el cobro de ´”garaje” que a poco tiempo suman miles de dólares.

Como si fuera poco, de inmediato le aplican la Ley coactiva, lo cual es una medida coercitiva que destruye la precaria economía de la familia y desestabiliza la paz del hogar.

¿En qué Estado vivimos? ¡Por amor a Dios! humanicen las leyes, no destruyan las estructuras hogareñas, no hay dinero, los pobres son los más afectados.

Señores Asambleístas propongan leyes humanas no inhumanas y canjeen por más educación, más capacitación las infracciones de los conductores. ¡Qué injusticia!; por eso no se equivoca la Biblia cuando dice: La justicia de los hombres es como trapo de inmundicia. Estamos seguros que un día el pueblo dirá ¡basta! ante tanta injusticia, de leyes inequitativas y perversas; hasta que ello ocurra ¡que Dios nos ampare!

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