Armonía

Debihd Alcívar

Con el afán de proporcionar soluciones que permitan mitigar los efectos de la crisis y encontrar salida a la misma, que como expresa Martin Luther King: “Hemos aprendido a volar como aves, a nadar como peces; pero no hemos aprendido del arte de vivir como hermanos”; es una realidad que está causando grandes estragos y que aleja la armonía de la convivencia que es fundamental para la vida.

Las ocupaciones del ser humano están dirigidas a lograr un estado de armonía en el desenvolvimiento de la vida individual y colectiva; tanto es así que cuando ésta desaparece por algún motivo; se la valora, se la echa de menos y se la desea recuperar. Cuando la salud decae, cuando la vitalidad se ausenta, cuando una emoción se desborda, cuando un pensamiento atormenta o cuando la duda acecha; son manifestaciones de desarmonía y de desorden.

Existen enseñanzas milenarias que permiten una convivencia fraternal con uno mismo, con los demás, con el entorno y con la historia que como humanidad se va construyendo y que es una expresión natural del orden cuya evidencia es el resultado de una trabajada, conquistada y lograda armonía, que dicho sea de paso en el movimiento constante que es la vida misma, es una tarea a mantener, a volver a obtener el equilibrio necesario cuando se produce una ruptura del mismo.

Entre estas enseñanzas tenemos la de la antigua India, la del Tibet, la budista, la china, la de Egipto, la de Grecia, la de Roma entre otras. En el Noble Óctuple Sendero, Buda recomienda elegir unos rectos medios de vida que no traicionen el deber natural que nos corresponde como seres humanos. Platón nos insta a aspirar a ser guiados por el mayor bien y sabiduría. Se puede afirmar que la práctica de estas sabidurías son herramientas para una convivencia fraternal armónica.

Nueva Acrópolis Santo Domingo