S.O.S. Ferrocarril del Norte (parte 1)

Por: Jorge E. Madera Castillo

Ya no interesa si el gran proyecto de reconstrucción del FFCC fuera uno de los emblemáticos del gobierno de Correa. Lo que realmente debe interesarnos hoy, es que nuestros recursos que fueron invertidos en una obra de semejante envergadura, se están yendo por el caño y no hay quien se duela. Puede ser entendible que a partir de la crisis económica no se haya continuado con las inversiones que estarían previstas para completar la obra. Lo que no se entiende es esa suerte de abandono, de dejar las cosas así, como que nada sucediera, como que no nos hubiese costado nada. Dictaminaron la pena de muerte, decidieron liquidar la empresa de ferrocarriles y pusieron al sistema ferroviario que es un sistema de transporte, bajo la responsabilidad del Ministerio de Turismo.

El FFCC está en abandono, la gente sabe y conoce que se están perdiendo los activos en diferentes formas; alguien debe denunciar con pruebas y evidencias; muchas estaciones del FFCC que han sido desmanteladas, se encuentran en lamentable estado; las líneas férreas correrían el riesgo de deteriorarse por falta de mantenimiento de sus bases.  Todo se desmorona! El sistema ferroviario nacional fue declarado como patrimonio cultural de la nación y al menos debe ser preservado.  El Estado nacional a través de sus administraciones gubernamentales debe responsabilizarse de mantenerlo y valorizarlo en cualquier tiempo, pero durante el gobierno eso no ha sucedido. El nuevo gobierno deberá ser muy cuidadoso al recibirlo bajo beneficio de inventario, y debe informar. Son necesarios tanto el periodismo de investigación como la fiscalización estatal.

El caso del FFCC del norte sufre de lo mismo, pero hay una diferencia. Mientras todo el sistema ferroviario nacional desde sus orígenes fue totalmente financiado por el Estado, los pueblos del norte pusieron gran parte del recurso mediante mingas para los terraplenes, co – financiando la obra; aquí nuestros antepasados ofrendaron su trabajo y hasta sus vidas, y nos dejaron un legado que ya no es solamente un patrimonio material, sino también inmaterial; lo llevamos en el alma. Si el Estado local representado nuestras autoridades de los GAD provinciales, municipales y parroquiales llegarían a entender y justipreciar esto, por responsabilidad histórica estarían obligados a integrarse como mancomunidad para tomar a cargo no solamente la operación existente en el tramo, sino también aspirar a culminar la habilitación San Lorenzo – Ibarra – Zona Franca del Aeropuerto de Quito, con todos los elementos y beneficios para el desarrollo económico regional y el empleo que traerían.  Para esto se necesita voluntad política y fuertes liderazgos. Queremos un detonante para nuestro desarrollo?  He aquí: del árbol caído, una oportunidad.