S.O.S. Ferrocarril del Norte (parte 2)

Por: Jorge E. Madera Castillo

Allá por el año 2003 el Consejo Provincial de Imbabura estructuró un ambicioso proyecto de rehabilitación y operación del FFCC desde Cajas hasta Lita, empezando desde cero, el cual no llegó a concretarse. El preclaro profesional Ing. Fausto Orquera Yépez sentenció no sin razones valederas, a través de un artículo de opinión, que no debería meterse en tan costoso proyecto y que el CPI debía impulsar otras obras prioritarias, propias de sus competencias. No sucedió nada. Pasó el tiempo y el gobierno de Correa, con mucha disponibilidad de recursos producto de la lotería de precio del petróleo, decide emprender en esta obra emblemática, pero a escala nacional; conocemos que la inversión, solamente en el tramo Otavalo-Ibarra-Salinas, superó los 34 millones de dólares, habiendo llegado a esos montos sin haber completado inversiones adicionales necesarias que le permitirían generar mayores ingresos, pues se terminó el dinero. El flujo de caja entró en decadencia, nunca se llegó a cubrir el punto de equilibrio, a tal punto que ni siquiera lograron financiar la reconstrucción del puente de Pinsaquí. Las decisiones estaban centralizadas en Quito.

Lo que complica todo esto es que, esa millonaria inversión no está concentrada en un solo lugar. Se encuentra distribuida a lo largo de todo el tramo, casi al total desamparo, pues al momento nadie tendría la capacidad, las competencias, los recursos, ni siquiera el encargo para defender de los robos, a semejante inversión. Si la estación de Ibarra y los talleres hoy se están salvando, es porque habrá algún personal “cuidando la tienda” y todo está a la vista del ciudadano. En una empresa en liquidación, todo se vuelve en contra y se genera el caos. Así, más o menos, se encuentra la situación.

Ante esto, lo que sí es verdad que nuestro territorio se encuentra una infraestructura con potencial productivo y de desarrollo económico y social, que antes no teníamos.  Ya está hecha la inversión!…y sería un pecado no mirarlo como una oportunidad. En el futuro inmediato, la debilidad financiera del Gobierno central haría que se busque una asociación público privada a escala nacional y se consiga un socio privado experto que no solamente opere el sistema sino que invierta en todos los complementos necesarios para tornar rentable a su inversión. Si eso sucediera, posiblemente veremos trasladar los autoferros que encuentran en Ibarra, para concentrarlos en los tramos de mayores frecuencias.  La otra alternativa válida es que los GADs del norte, se asocien en mancomunidad con el objeto de asumir la competencia a la luz del concepto de Desarrollo Económico y Productivo, y que estos a su vez busquen una Alianza Público Privada para el FFCC del norte.  Las oportunidades hay que saberlas tomar, con oportunidad, determinación y voluntad política.