Crisis hospitalaria

Por: José Albuja Chaves

Los noticieros televisivos, especialmente, de esta semana, han transparentado y develado un drama que carcome endémicamente al sector Salud, pero que por diferentes razones se encontraba subyacente en el mundillo de la reserva pública, así como  por constituir el derecho a la intimidad de sus habitantes.

Se han hecho evidentes mensajes y denuncias que revelan el verdadero drama que corroe actualmente al sistema hospitalario cuando una pandemia hace colapsar toda suerte de previsión- diría de imprevisiones- que asola al país en este sector de la sociedad ecuatoriana.

No hay medicamentos indispensables, insumos médicos, materiales, repuestos de equipos, ni personal suficiente, como también ya se agotan las fuerzas humanas de los profesionales, cuando se cuenta más de un año de un mordaz Covid-19 que se lleva todo lo que encuentra a su paso, audacia social incluida.

Se argumentarán muchas razones de orden económico, legal, técnico, de demanda y oferta, de procesos raídos, pero el hecho cierto es que las unidades de Salud del Ecuador ya no dan más, y la mortalidad es impiadosa como casi exponencial.

Quizás las denuncias no caigan en la indiferencia, y sacudiendo conciencias se emprenda en procesos emergentes de adquisiciones rápidas, para lo cual muchos genios deben despabilarse y prever un mecanismo que permita obviar tanto disparate de procesos  que enriquecen a los avivatos. Hubo Asamblea Nacional? Y qué dice el sector privado de salud en este contexto? Y la Academia?

Lo que queda claro es que desde hace mucho tiempo el Ecuador carece de un Sistema Nacional de Salud, y hoy lo está pagando muy caro cuando se entronizó un sistema asistencialista y hospitalario de la salud y de las especialidades per se. Hubo en el régimen anterior dos acciones temerarias de ingrata recordación, por ejemplo, cuando se desmanteló el Instituto Nacional de Higiene y se desapareció al Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), dos muestras que explican, por sí solas, cómo el Ecuador pasó de un puesto importante en la atención de la salud de sus habitantes, especialmente de recién nacidos y niños escolares, así como de madres gestantes, a ocupar actualmente el último lugar en el continente, solamente superado por Haití.

Hasta cuándo!