Caranqui y Atahualpa

Por: Jorge Enrique Madera C.

Sostenemos que Caranqui es cuna de Atahualpa y en esa calidad contamos con huellas y vestigios hasta ahora ocultos e ignorados por las autoridades; salvo una época en que hicieron un gran esfuerzo para colocar un monumento en la plaza y luego un mini museo, que por alguna razón dejó de prestar sus servicios. La región viene perdiendo esta brillante oportunidad de mostrar al mundo lo que tiene en materia de la cultura incaica que estuvo presente en nuestro territorio, aunque por muy pocas décadas.  Pero la mayor pérdida es, el caso omiso a la historia y los vestigios de nuestras culturas pre incaicas presentes por siglos y que constituyen parte de nuestra verdadera raíz. Cuestión de dimensionar y ubicar la importancia relativa, en el tiempo y en el espacio.

Cuando se viaja a otros países, uno busca conocer las huellas de sus culturas. Países europeos por ejemplo, se preocupan de mostrar las huellas y vestigios de la cultura romana que estuvo presente en cada uno de ellos, y lo muestran orgullosamente como un gran atractivo turístico. Cuando alguien realiza una excavación con fines de construir algo moderno y se encuentra con una ruina, inmediatamente las autoridades intervienen, hacen un trabajo técnico de recuperación, realizan estudios, vinculan con la historia, publican, lo colocan “en vitrina” para conocimiento y admiración de los turistas, acompañado de un museo temático y venta de publicaciones y souvenirs. Generan un atractivo turístico adicional.

Los vestigios arqueológicos de Caranqui y los tantos que encontramos en Yahuarcocha y en las tolas repartidas por toda la región, fueron preocupación fundamental del ex FONSALCI, con dos apasionados en el tema:  el Arquitecto César Guerrero y el Antropólogo José Echeverría, experto de talla internacional. Fue lamentable que los esfuerzos por ellos realizados hayan quedado truncos por la ausencia de una política pública local en favor del descubrimiento, recuperación y valorización del patrimonio arqueológico, tan rico en nuestra zona. Queda mucho por descubrir, estudiar, investigar y “poner en valor”, en beneficio de la industria cultural y el turismo.  Borraron del mapa al FONSALCI y nada se sabe del destino de sus importantes archivos, porque así se manejan las cosas cuando prima la irresponsabilidad, y cuando no existe una política local ni la voluntad en favor al patrimonio.  A los imbabureños nos hace falta conocimientos básicos para apreciar todas nuestras culturas ancestrales. Quizá así empecemos a darles el valor que merecen.