Casa de la Cultura Ecuatoriana III

Patricio Durán

En los artículos anteriores me referí brevemente a la historia de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) y a su Ley Orgánica. En este artículo quiero referirme a los graves problemas que atraviesa la Casa Matriz y sus núcleos en todo el país.

Antes de entrar en detalles de este tema, quiero comentar que formo parte de la CCE como Miembro de Número de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Tungurahua (CCENT) desde el 14 de mayo de 2008, en la Presidencia Provincial de la querida y recordada Mary Pachano de Saá. Mi deber como integrante de la CCENT me impele a dar a conocer su delicada situación.

En la prensa local he escrito varios artículos sobre la CCENT y considero que es necesario ahondar un poco en este tema porque en la actualidad a la CCE le afectan varias y serias dificultades y estaría en peligro de cerrar sus puertas. Los problemas de la CCE se agudizaron en el gobierno del presidente Rafael Correa, en el que quisieron reducirla a un simple apéndice del Ministerio de Cultura.

Uno de los principales problemas que le aquejan a la CCE son los recortes presupuestarios que sistemáticamente se vienen dando, que incluso alcanzan hasta el 23%, en algunos casos, y ponen en peligro los planes, programas y proyectos de varios núcleos de la institución cultural, como talleres, publicaciones, conciertos, funciones de cine, actividades de campo, etc.

Diversos directores (antes presidentes) de algunos núcleos provinciales han expresado su inconformidad sobre los recortes. Durante el 2020, debido a la pandemia, hubo recortes presupuestarios, pero los núcleos encontraron formas para no suspender sus actividades, incluso vía Internet. Lamentablemente, con la cantidad asignada por el Ministerio de Finanzas para este año, diversas actividades no podrán realizarse. Continuará.