Defender lo indefendible

Sí, con conocimiento de causa yo también he sido seducido por las inversiones fáciles de aquellos en que los intereses parecen de otro mundo y que aterrizaron en tus orejas como promesa y oportunidad de cambiar tu suerte.

También recuerdo haber sido recompensado con los intereses acordados la primera vez en la que hice la inversión, y también recuerdo que al instante dije esto me parece serio y haciendo un poco de esfuerzo casi dupliqué la cantidad a invertir y sí, ese mismo instante comenzaron las penurias que me parecen conocidas por las noticias que aparecen hoy en día.

Pasó el plazo estipulado y ninguna noticia llegó, pasaron meses que a razón de la persona que manejaba las inversiones era cuestión de una variación en la “bolsa de valores” (podrían llamarlo tranquilamente criptovalores como hoy en día, o cual sea su inversión mágica preferida) y que pronto nos recompensarían la espera, que por cierto comenzaba a desesperar.

Mientras tanto seguía defendiendo a capa y espada a los inversionistas por la esperanza y por la mala racha en la bolsa de valores.

El final de toda esta aventura financiera es conocido: pleitos, juicios, amistades rotas, llanto y más; por eso en estos días en que veo a tanta gente volcada a las redes sociales insultando y amenazando entiendo que se rigen por la esperanza latente de que sus valores regresarán, cuando a la postre saben internamente el triste desenlace mi conclusión es simple: “El miedo a veces te hace defender lo indefendible”.

Gabriel Santana

Ambato