¿Por qué no fuimos a muerte cruzada?

Juan Francisco Mora

No es muy complicado deducirlo. Bueno, realmente resulta inevitable entenderlo luego de leer la carta de renuncia de la exministra Alexandra Vela y escuchar las declaraciones del presidente Guillermo Lasso en cuanto la Asamblea Nacional negó y archivó su propuesta de Ley de Inversiones.

Para ir a la muerte cruzada se necesita tener la certeza de que se ganarán las posteriores elecciones; quedó claro que en el gobierno no tienen la seguridad de vencer en las urnas.

Para vencer en las urnas se necesita contar con la intención de voto mayoritaria a favor del actual primer mandatario. A decir por las encuestas más recientes, el presidente Lasso no ha logrado conquistar el respaldo popular; al contrario, ha perdido una parte de los votos que lo llevaron a Carondelet.

Para contar con la intención de voto mayoritaria se necesita mejorar la calidad de vida de la gente, garantizar servicios públicos mínimamente dignos, crear oportunidades para prosperar en este mismo país y vivir sin la inseguridad actual. Al parecer la población siente que la gestión del presidente Lasso va en dirección exactamente contraria a eso.

Para ir en la dirección que la población demanda se necesita reconocer que la mayoría de los ecuatorianos todavía depende del Estado para ejercer su derecho a la salud, seguridad social, educación,  vivienda y otros servicios públicos básicos. La evidencia dice que el modelo ideológico del actual gobierno visualiza un país menos estatal y más privatizado.

¡Ahí está la bolita!: la concepción ideológica del proyecto político liderado por el presidente Lasso apunta una transición en donde lo estatal se va reduciendo para dar paso a alternativas desde la inversión privada. El factor que no ha jugado a su favor es el tiempo, de allí que la población siente que lo público se va deteriorando rápidamente y las soluciones (cualquiera que sea el modelo desde lo privado) no llegan oportunamente.

Mientras no se produzca un “encuentro” entre lo que el gobierno pretende hacer y lo que la gente necesita, no habrá muerte cruzada.