Gotas de incertidumbre

Como una gota de agua que cae cada cierto tiempo, veo mi tranquilidad desestabilizarse. Las gotas erran por un charco hasta que yacen en la incertidumbre de esta época. Almas que no pueden encontrar su camino, deambulan desesperadas por las avenidas del siglo XXI.

Artistas que han rechazado la idea de la musa, el cliché de la decadencia o la superioridad del ascetismo para esculpir su obra; hoy se encuentran atormentados porque la inspiración no llega.

Los cientistas sociales se sumergen en debates interminables sobre la insustancialidad de la filosofía. Los positivistas apuestan por la teoría del progreso, en base a las ganancias de pocos y el sufrimiento de muchos. Los parias ya no creen en milagros, porque hace mucho tiempo que en los suburbios no ocurre uno y se cansaron de esperar la llegada del Mesías.

Las cárceles se abarrotan de pobres, porque el sistema judicial castiga a la pobreza por encima de cualquier crimen. El charco de agua que fue creciendo con gotas, hoy se traduce en un mar de acontecimientos dramáticos. La esperanza se vuelve utopía porque la izquierda ya no tiene un proyecto político para el pueblo. Y porque la derecha sabe muy bien como asumir las debilidades colectivas y así erigir su imperio de miseria.

Jhoanna Elizabeth Erazo Borja

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