Cargamontón

Rocío Silva

Si un imaginario es entendido como el conjunto de creencias, imágenes y valoraciones que se definen en torno a una actividad, un espacio, un periodo, una persona o una sociedad, en un momento determinado; cabe preguntarse ¿Qué imaginario es el que se ha construido en el Ecuador sobre el ejercicio del activismo político?

De entrada, para dar respuesta a esta interrogante, recurro a la figura de Leonidas Iza, quien pretende hacernos creer que su activismo político, a más de ser gratuito y desinteresado,  se debe a un cúmulo de circunstancias económicas, sociales, culturales, históricas que han hecho de sí, el elegido para hablar a nombre de todo el pueblo ecuatoriano, lo hace con su herramienta organizativa “Parlamento de los Pueblos”, activada en octubre 19 y que dice agrupar a representantes de organizaciones sociales como el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), Feine, Fenocin, Frente Popular, entre otras; las mismas que bajo el eufemismo de “ejercicio al derecho a la resistencia”, amenazan con nuevos estallidos de violencia.

El activista Iza en octubre 19, grabó en la colectividad ecuatoriana imágenes muy dolorosas, pero, que le permitieron pensarse como futuro presidente de la república, hubo el intento de romantizar el recurso descriptivo y metafórico del “tractorcito” y empezó a recorrer ciudades, comunidades y visitar otros países, desde una tramoya publicitaria armada para el efecto, se hablaba de índices muy altos de aceptación; a la larga nunca se supo, porque Pachakutik (el llamado brazo político de la CONAIE) no lo patrocinó para candidatura alguna.

Volvió al MICC, su centro de operaciones, apuntando a un espacio de representatividad nacional, como es la presidencia de la CONAIE, instancia fracturada internamente, en cuya convocatoria para elecciones de un universo votante de 1261 personas, logró 821 votos. Revestido como presidente de la CONAIE, Iza ha amenazado con paros, ante la respuesta oficial del presidente Lasso, su imaginación y autovaloración, le vuelven a jugar una mala pasada y cree que es su espacio físico y su tiempo de gloria, por todo se ofende y su palabra preferida “prepotente”, acepta la invitación a un diálogo en Carondelet, con la condición de la presencia de 100 personas…cargamontón.

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