Al fin, buenas…

Jaime López

“…para calmar la tiranía de la crónica roja, el ambateño Ministro del Interior, señor General (r) Patricio Carrillo nos ha compartido buenas noticias sobre el primer encuentro por la seguridad nacional y cabe resaltar, sin rezagos de regionalismo absurdo, que lo hizo en la ciudad donde nació, con un argumento alentador de considerarla como una de las menos azotadas por los narcos, sicarios, usureros, en donde puede  empezar la inversión de los mil dos cientos millones de dólares que el Gobierno  ha destinado para la construcción de las trincheras que nos permitan entablar la batalla contra la inseguridad. Por supuesto ya saldrán aquellos votantes a favor de los esfuerzos y votantes en contra de los mismos, los consabidos y reconocidos concejales que siempre lo hacen, los mal elegidos legisladores enclavados en desate de la campaña electoral y en el mal oliente reducto de una Asamblea, dentro de la que no existe ningún asomo de cultura y educación políticas,  si no grupos mayoritarios que lo que persiguen es el fin de un Gobierno,  falto de asesoramiento  hay que reconocerlo, , que lo que han hecho es que sus metidas de pata hayan provocado  también a que  los analistas  inmersos en diversos medios  de prensa hablada y escrita, ataquen  al lenguaje, y usen los vulgarismos del idioma, sigan sembrando el  ejercicio político  lavador de mentes proclives a estos desmanes, procurando llegar a lo de siempre, a la elección fraudulenta cubierta de algo que llaman democracia, pero a los que por fin, acciones como las del Ministro  Carrillo , les llevarán al ático y al refugio inmoral, al habeas corpus  ejecutado criminalmente, que nos permitirán gritarle al país y al mundo, que acá si se puede, que perdura todavía la educación cívica, la lógica y la ética. A decirles que Los Gobiernos seccionales, las  Instituciones empresariales, ciudadanos responsables con su futuro  y el de los suyos , levantaremos nuestros fusiles para imponer , junto al ministro Carrillo, el castigo y muerte a tanto degenerado cobijado por una mujer que públicamente ha desconocido que el robo se hizo y que los ladrones  no existen