Vivir la realidad

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

Cuando decimos “esta es la realidad”, estamos hablando de nosotros como personas y del lugar donde nos ubicamos como seres pensantes. Si preguntamos a otras personas sobre un tema específico, nos hablarán de su realidad, desde su punto de vista; no existen historias únicas, cada quien vive su vida y cuenta su propia historia.

Si hablamos del contexto económico del país —que nunca ha sido favorable para la mayoría de ecuatorianos— debemos saber escuchar a todos. A unos les va bien, a otros mal y a otros mejor que nunca; es decir, no hay ningún aspecto de la realidad que afecte a todos por igual. Las posiciones diferentes se producen porque cada persona vive su propia vida, en el barrio, el trabajo y en el país; cada quien tiene pocas o mejores oportunidades que las sabe aprovechar o no; y esto es lo que confunde a mucha gente, líderes o gobernantes, y los lleva a creer que todo el sistema de vida se encuentra afectado y que todo debe cambiar con otras personas, leyes o sistemas, según la línea ideológica del gobernante de turno.

Vivir realidades diferentes en un mismo país hace que la gente se confunda y piense que todos tenemos las mismas necesidades y problemas: tremendo error. La diferencia entre pobres y ricos no puede acentuarse. La gente debe tomar conciencia de su vida, sus actos, relaciones, consumos y las decisiones que toma, de acuerdo a su nivel de vida, trabajo y necesidades. No se puede ser inconsciente o irresponsable con actos que pongan en riesgo a la familia; es importante, por tanto, una adecuada construcción mental que equilibre nuestras actuaciones y forma de vida.

Cualquier situación de crisis o bonanza llega acompañada del miedo a enfrentar la realidad. Estar siempre pendientes y tener proyectos en marcha o en espera para iniciarlos con oportunidad, es lo adecuado. El momento o las circunstancias que vive el país, obliga a todos a pensar en la manera cómo enfrentar las responsabilidades económicas y de supervivencia de la familia. El darse cuenta de la realidad en la que se vive permitirá administrar, sin gastar más de lo que se debe y puede, evitando el endeudamiento innecesario y sus consecuencias. ¡Feliz Navidad!