Vergüenza propia

No puede ser que sigamos siendo el segundo país de América Latina con el porcentaje más alto de desnutrición crónica infantil. ¿Qué significa esto? Algo que se explica de manera simple, pero de forma dolorosa: nuestros niños y niñas que padecen de esta condición están condenados a retrasar y detener su desarrollo intelectual y, por tanto, tendrán menos posibilidades de aprender y acceder a una plaza de trabajo porque su desempeño será muy deficiente. No comprenderán lo que leen, tampoco operaciones lógicas ni, peor aun, matemáticas; eso sin mencionar temas de nutrición y salud. Por tanto, estarán relegados. Si no se resuelve esto, tendremos en poco tiempo ciudadanos de segunda, tercera y cuarta. Terror y horror, a la vez.

Si bien, el país presenta por decenas temas engorrosos para resolver, tanto históricos como de coyuntura, este problema puede convertirse en causa nacional y de largo aliento; no me imagino a nadie oponiéndose a trabajar, apoyar e invertir en la niñez. Es un problema, además, que nos ubica vergonzosamente frente al espejo. Siempre nos estamos preguntando qué nos une. Desde ahí puede encontrarse una respuesta que, si bien viene de una realidad compleja, será motivo para unir esfuerzos, multiplicar ideas, compartir recursos, propiciar alianzas entre el sector público, privado y no gubernamental, y abrir la ruta para una política de Estado consensuada como resultado de un gran acuerdo nacional.

La desnutrición crónica infantil se explica por múltiples causas. En ese sentido, su solución puede abrir la cancha para generar sinergias entre los sectores de educación, salud y bienestar social; por mencionar apenas algunos. Las experiencias internacionales de Brasil, Chile y Perú, países que están más cerca, nos advierten que no es algo que se resuelve de un día para otro, por lo que se necesita una política de Estado que se respete, sostenga y mejore con cada gobierno de turno. Esta política debe ser intocable para fines proselitistas o de algún ego distraído. Apoyemos esta causa nacional ahora.