Verdadero y falso

Eduardo F. Naranjo C.

La busca de coincidencia entre objeto y pensamiento se asume como verdad; sin embargo, hay proposiciones conocidas como ‘sofismas’ que aparentan verdades que no son.

En el sector petrolero, ‘riqueza de todos los ecuatorianos’, son unos pocos los que logran grandes beneficios. La corrupción, como se ha demostrado, ronda a cada paso; a veces sutilmente y con apoyo de algunos medios. Así, hablar de mejorar la producción que está en declinación por agotamiento de reservorios busca justificar la entrega al sector privado.

El especialista Fernando Reyes presentó a la Asamblea Nacional un informe técnico detallado de las relaciones de producción, en el que se muestra el estado de los campos, tanto en manos de Petroecuador, como de empresas privadas, en el mismo se aprecia que el rendimiento de la estatal es mejor que las privadas que van en declinación.

En campos ya ‘exprimidos’ solo nuevas técnicas con mayores costos pudieran lograr algo más. Esto no justifica nuevas concesiones para campos en explotación; equivale querer ‘mejorar’ ingresos entregando dinero y pagando intereses.

La dirección de los sectores estratégicos debe estar en manos del Estado, desde luego con cero corrupción y eficiencia técnica, y no como hacen los gobiernos, poniendo a cualquiera a manejar la riqueza. Lasso anunció duplicar la producción, pero esta bajó pese al esfuerzo de públicos y privados. Al parecer, los yacimientos conocidos comenzaron a declinar y el flujo de recursos para repotenciar campos nunca se vio.

Ofertar nuevos proyectos donde es necesaria una alta inversión y que el Estado no puede afrontar es otra cosa, pero al sacar a la empresa estatal de la actividad productiva — cuyos costos por barril producido son menores, para dar ‘gratuitamente’ a empresas muchas veces fabricadas ‘ad hoc’ por lobistas que reparten ‘comisiones’— resulta obvia la intención. Si no se entiende esto, el país estará echado a su suerte.