Venezuela

Rodrigo Santillán Peralbo

En su papel imperial, Estados Unidos se considera con plena potestad para intervenir en los asuntos internos de los países latinoamericanos y caribeños, lo que significa flagrante violación a los principios básicos del derecho internacional y una grosera y permanente violación a la libertad, soberanía e independencia de las naciones. Así ocurrió con Cuba, Nicaragua y hoy Venezuela, a la que ha impuesto una serie de sanciones porque esos gobiernos se apartaron de los lineamientos y órdenes de la Casa Blanca.

La Revolución Bolivariana de Venezuela es un significativo proceso político, ideológico, social y económico, comenzado por el presidente Hugo Chávez con fundamentos históricos iniciados por Simón Bolívar y en las doctrinas del maestro Simón Rodríguez, quien sostenía que América Latrina debe “inventar su propio sistema político”. Chávez advertía que Venezuela había iniciado la revolución antiimperialista para impulsar el patriotismo latinoamericano y construir un nuevo sistema, capaz de promover la justicia social, la igualdad y la fraternidad entre todos y todas.

Naturalmente que la revolución venezolana se enfrenta a diversos problemas derivados de las sanciones imperiales que soporta, ya que ni siquiera pudo comercializar -exportar- los hidrocarburos que son su principal fuente de ingresos, pero pueblo y Gobierno han resistido todos los embates imperiales.

En este año 2023 persistirá el liderato opositor de Estados Unidos y podrían continuar los diálogos entre oposición y Gobierno en México. Lo real es que el Gobierno de Maduro continuará, con firmeza, en sus proyectos de cambio revolucionario y profundización de la democracia que cuenta con el apoyo mayoritario del pueblo que participará en las próximas elecciones presidenciales programadas para 2024.