Valores morales

Max Weber afirma que los Estados son los únicos capacitados para el empleo legítimo de la coacción física.  La dominación estatal debe ser legítima, autónoma y contar con los medios para ejecutar su agenda; esto es, con un conjunto de recursos tangibles e intangibles; los primeros, para aplicar la violencia; y, los segundos, para fundamentar la legitimidad.

La legitimidad nace no solamente de reglas jurídicas sino, también, de valores morales, concebidos como instrumentos de regulación social y como un conjunto de ideales colectivos que dan origen a pautas éticas de conducta, orientadoras del accionar de los integrantes de cada sociedad, en una etapa histórica de su desarrollo. En este marco, cada profesión desarrolla su código deontológico, guiado por el bien moral y por principios éticos, para orientar a sus miembros en el cumplimiento de sus responsabilidades específicas, mediante normas de obligatoria aplicación, que se ubican a medio camino entre la moral y el derecho.

La vocación consiste, precisamente, en una adhesión a los valores, principios y normas que caracterizan a una profesión, junto con capacidades y aptitudes, conforme a las exigencias para el cumplimiento de sus misiones y deberes.   La conciencia ética, esencia de la vocación, es la base sobre la que las instituciones de formación y perfeccionamiento edifican la conducta profesional en cualquier rama de la actividad y, en particular, en las de la seguridad y defensa de un país.

La profesión policial implica exigentes aptitudes personales y de equipo para el cumplimiento de misiones de alta complejidad y riesgo que requieren de una sólida formación, para aplicar correctamente el poder que le concede la Ley; además, por la naturaleza de sus funciones, el policía debe estar dotado de altos valores morales, firmes principios éticos y leal adhesión a las normas deontológicas de su profesión, para evitar caer en tentaciones que atenten contra sí o el prestigio de su Institución. Esa es la responsabilidad que los ecuatorianos exigen clamorosamente, frente a los hechos injustificables recientes, del sistema educativo de la Policía Nacional, con énfasis particular en la Escuela de formación de oficiales.