Un ‘vivo’ llamado Gary Espinoza

José Alvear

Les voy a contar la historia de un ‘vivo’ llamado Gary Espinoza. Se trata del presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas Indígenas y Negras (Fenocin). Un  personaje nefasto y egoísta que, aprovechando su representación, no piensa en los intereses nacionales sino en salir de sus problemas económicos personales. Con total cinismo, le exige al Gobierno condonar las deudas de hasta $10.000. Este hombre, que debe valores sobre los 3.000 dólares, quiere que se le perdonen sus propias deudas y además amenaza con paralizar parte del país si no cedemos a sus caprichos.

Mientras sigamos pensando que el ‘Papá Estado’ estará ahí para socorrernos y que tenemos patente de corso para desconocer nuestras obligaciones, seguiremos estancados y condenados a no prosperar. El mundo nos seguirá mirando de forma cómica mientras los más ‘vivos’ seguirán aprovechándose y usufructuando de eso. Condonar nuestras deudas no significa ser solidario, sino promover la irresponsabilidad ante los compromisos adquiridos.

Pero esto no es nuevo. Entre 1985 y 2018 hubo 13 condonaciones para los deudores del Banco Nacional de Fomento bajo la justificación de guerras, erupciones volcánicas o crisis financieras. La ‘Robolución’ Ciudadana desconoció al BNF y le cambió de letrero para llamarlo BanEcuador. El problema no es el cambio de nombre, sino la populista medida que acompañó ese cambio. Se castigó una cartera de 149 millones de dólares con plazo de cobro hasta 2028. El correísmo utilizó esta institución financiera como saco roto, le sumó 22.067 operaciones caídas de BanEcuador, 5.113 de la CFN, 2.144 del Banco Ecuatoriano de la Vivienda y 87 operaciones de Mutualista Benalcázar.

Estas acciones son una burla para todos los ecuatorianos que seguimos pagando la altísima factura que nos dejó el prófugo escondido en un ático de Bélgica.

En 2021, mediante la ley de desarrollo económico, se determinó vía decreto la condonación en la banca pública de hasta $10.000 que se considerase “irrecuperable”, incrementando la pérdida de $149 millones a $414 millones a 2021.

Lasso, desconociendo una vez más la historia y sus consecuencias, condonó, en BanEcuador, montos de hasta $3000 a cartera irrecuperable con más de 180 días vencidos, es decir, $59 millones adicionales. Así nuevamente el padre protector sale a salvarnos.

Una alternativa para los deudores de la banca pública que, debido a la pandemia, la crisis económica del país y el desempleo, no tienen capacidad de pago podría ser la extensión de plazos o el refinanciamiento de las deudas sin intereses usureros. Al país le urge un cambio de chip, avanzar hacia una mentalidad de responsabilidad, de trabajo y esfuerzo. Esa es la única forma en la que Ecuador puede dar pasos firmes para convertirse en una nación libre,  competitiva, productiva y próspera.