Un gobierno en estado vegetativo

El gobierno deambula entre la anomia y la intrascendencia. Las renuncias de los ministros de Defensa, Agricultura, Energía y de la secretaria de Derechos Humanos vaticinan otras. Se fue la ministra Vela pidiendo convocar la muerte cruzada. ¿Quién fue el estúpido que convenció al presidente para desistir de ese mecanismo? Los dardos apuntaban a Ecuador Libre y su líder, Aparicio Caicedo, extrañamente ausente cuando se fue Vela. En Loja, Lasso volvió, en un arrebato -cada vez más frecuente-, a sugerir la posibilidad.

El nombramiento de Francisco Jiménez, un viejo alfil del correísmo, leal a Correa cuando estuvo en ese gobierno, provocó el desgrane. Jiménez ratifica lo que se percibe: un pacto con el correísmo por gobernabilidad. Pero el correísmo está en otra: tomarse la asamblea y el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, nombrar a dedo funcionarios serviles en la Contraloría, Procuraduría, Función Electoral y quieren la cabeza de la fiscal. Objetivo final: el perdón a Correa y su entorno, para su regreso en un manto de impunidad, casi de santidad.

Un gobierno sin un bloque sólido de asambleístas, sin asesores confiables y sin capacidad de maniobra ante tanto problema: amenazas de las bandas narcodelincuenciales, motines carcelarios, luchas de poder en Guayaquil y otras ciudades, violaciones en colegios (como en tiempos del ministro correísta Augusto Espinosa) y terrorismo urbano y rural. Para colmo Lasso, en Loja, arremetió contra el banquero Egas y habló de la poca capacidad genital de Jaime Nebot, que respondió en iguales términos. La política del muladar…

Un gobierno en coma profundo, con pronóstico reservado y en la cuerda floja. Los médicos dirían que está “estable” (como cuando se avisa a familiares de pacientes graves, sin alarmar). Pero, lo del estado comatoso de este régimen en solo un año de mandato, es lamentable. El “gobierno del encuentro” no se encuentra ni a sí mismo. Y ojo con la censura a periodistas como Rocha y Carlos Vera.

Lasso asfalta el camino de regreso del expresidente, porque según este -siempre tan “humilde”- una cosa es una elección sin Correa y otra con él. Como la memoria es tan frágil, no sorprendería que este mal aprendiz de Flores, García Moreno y Velasco Ibarra juntos, vuelva a “vender humo” y diga que con él “estábamos mejor”. Pero, solo para ellos: obras con sobreprecio, coimas, carreteras estropeadas, elefantes blancos, farsas como Yachay y entregando empresas estratégicas del estado a malhechores como Glas. Todo a costa de un gobierno ensimismado y en estado vegetativo.