Ugo Stornaiolo
Los datos de la primera vuelta revelan algunas certezas sobre los votantes: 80% quería una sola vuelta, pero de lo que no se percataron los investigadores es que ese porcentaje estaba dividido entre las dos opciones que llegaron a la segunda vuelta: anti-correísmo vs. antinoboísmo.
Otro dato es que los votantes recién deciden su voto al recibir las papeletas y suelen votar con emoción más que con razón. El elector ecuatoriano es bastante volátil y cambia de acuerdo con los momentos y coyunturas. Y siempre la parte más visible del descontento suele darse con el gobierno de turno.
El presidente Noboa parecía una fuerza incontenible y arrasadora, pero los apagones, la inseguridad y la violencia le pasaron factura y tendrá que enmendar los daños de esta elección, frente a una candidata que evitó aludir al pasado correísta (que la perjudica bastante), pero será muy difícil controlar las redes sociales de RC en Lovaina, que hará lo posible no solo para intervenir, sino hasta para intentar volver al país.
En esta disyuntiva el panorama es nada prometedor. Una cosa es gobernar y otra pedir licencia para hacer campaña. El caso de la vicepresidenta Abad fue otro tiro en el pie del gobierno. Las cifras de resultados posicionaron a ADN como la primera fuerza política en la asamblea, pero el correísmo mantiene presencia como segunda fuerza y ambas tendrán que negociar con otros asambleístas electos para aprobar iniciativas y leyes.
Otro dato que se mantiene es el voto duro del correísmo (30%), sumado al de contrarios al presidente, el voto coaccionado o un antinoboísmo radical. Pasa igual con los votos de Noboa, que no solo representan el anti-correísmo marcado. Habría que analizar el real porcentaje de seguidores del mandatario frente a quienes lo escogieron como ”única opción” ante el riesgo que encarna el correísmo.
El objetivo, frente a los resultados, es captar los votos -escasos, por cierto- de los otros 14 candidatos. Dos, Iza y Andrea González, lograron juntos un 8%.
¿Son endosables los votos de Iza para Luisa González y los de Andrea González para Noboa? Es incierto, por la volatilidad del votante que, en tiempos de redes sociales, se deja llevar por TikTok, Instagram, Facebook o X.
La segunda vuelta prácticamente se definió en la primera, ya que los porcentajes favorables a los dos candidatos difícilmente cambiarán. Muchos sostienen que la polarización quedó plasmada. Resta un 10% de voto cautivo, al que se debe atraer y ese va a ser el desafío de los estrategas de campaña.