Tragicomedia en tres actos

Primer acto.

El alcalde removido el pasado 3 de junio, con el voto de 14 concejales, anuncia que recurrirá a todos los caminos legales para sostenerse en el cargo y dedica su tiempo para pagos de último minuto a los contratistas municipales, especialmente a sus panas del ecuavóley.

Ya removido, Yunda convoca sesiones del Concejo Municipal y anuncia a la nueva secretaria general, a quien él destituyó meses antes cuando ingresó al estadio de LDU para detener un partido de eliminatorias. Sin ninguna razón, depone al secretario de seguridad municipal, uno de los pocos funcionarios que dio la cara en la pandemia. Mientras tanto, en Quito no hay pruebas de detección de Covid-19, tras el escándalo de la adquisición anterior. Renuncian más funcionarios. La ciudad vive en anarquía, las calles tienen baches, hay obras abandonadas y paredes con grafitis. ¿Cuándo el metro? Ya mismito…

Segundo acto. 

Hábilmente, Yunda logra -palancas mediante- en el Consejo de la Judicatura (habló con pesos pesados, se dice), que sus recursos legales (acción de protección y medidas cautelares) los conozcan pocos jueces y sin sorteo. Interpone la acción de protección como caso de violencia intrafamiliar y las medidas cautelares como asunto de honorarios profesionales. Ni sus abogados saben cómo pasó…

Se envalentona más, tras los resultados favorables de su gestión judicial, y vuelve a convocar al Concejo. La secretaria amenaza con destituir a quienes no asistan a las sesiones. El Contencioso Electoral dictamina (5 a 0) que la remoción de Yunda tiene valor de sentencia. Yunda no acata. En la Judicatura descubren la maniobra que derriba su plan. Se supo que habló con los que eran (Morillo) y los que no eran, para una “ayudita”, pasando alguito -tal vez- “para las colas”.

Tercer acto.

Yunda se juega su última carta. Asiste (por primera vez) a la audiencia en la que se trata la revocatoria de las medidas cautelares resueltas antes por uno de los jueces sin sorteo. Busca que se posponga (dice que su abogado tenía otra audiencia -a las 10h00- cuando ésta es a las 16h00, y no podía asistir) y abandona el Complejo Judicial media hora después diciendo estar en “indefensión”.

Expresa Yunda que va a esperar la resolución de la Corte Provincial de Justicia y que acudirá a instancias internacionales para resolver lo de su remoción. Si al exalcalde de Bogotá, Petro (artífice de la violencia en Colombia), no le salió la jugada en 2016, difícil que le hagan caso al “Loromero” en su caída.

Entretanto, ahora sí, ¿Quito tiene alcalde?

Fin.