TikTok y la banal comunicación oficial

Hace unas semanas, mientras el mundo estaba conmocionado por el asesinato del presidente de Haití, en Ecuador se discutía sobre la pertinencia de un TikTok publicado por el Secretario de Comunicación con una canción, por decir lo menos, sugerente.

Hoy nos enfrentamos a una nueva masacre carcelaria de la que preliminarmente se conoce que existen al menos 20 muertos, decenas de policías y presos heridos, y una mujer policía abusada sexualmente. Sin embargo, otro TikTok con el Presidente bailando en Carondelet se antepone a esta realidad.

La efectividad de nuevos canales de comunicación en llegar a más personas de forma más inmediata es evidente, y TikTok es una plataforma que destaca en ese sentido. El uso de esta plataforma dio un giro importante a la última campaña electoral y el mismo Presidente se benefició de ella.

Pero ya en el poder, es un problema para los ciudadanos no contar con comunicación oficial en medios tradicionales, sino apenas con plataformas que priorizan la forma y sacrifican el contenido informativo. Como hemos visto, el reciente uso de TikTok puede ser contraproducente en más de un sentido. En lugar de generar empatía y cercanía, ha reflejado una banalización de la comunicación gubernamental y una desconexión de la realidad que incomoda y lastima. Y si bien es cierto que la realidad del país no es completamente negativa, y que los espacios de ánimo también tienen cabida; los momentos y las formas importan, sobre todo para un gobierno que debe dar respuestas a un país que vive varias graves crisis además de la pandemia.

En las últimas semanas hemos sido testigos de gestiones exitosas que demuestran que el gobierno está trabajando seriamente, como el despegue de la vacunación contra la COVID-19. Pero la comunicación en TikTok pareciera ignorar tanto lo bueno como lo malo, acentuando la brecha entre quienes gobiernan y los ciudadanos.