Solanda se hunde

Uno de los temas que no se topan sobre el Metro de Quito se relaciona con su afectación al barrio de Solanda y la destrucción de las casas y calles sin que se haya todavía inaugurado. El alcalde Santiago Guarderas indicó sobre la operación y mantenimiento de esta costosa obra pero sin mencionar el desastre causado a un popular sector de la ciudad. Nada sobre el cobro de seguros y poco sobre los trámites desarrollados por el Municipio para cobrar los daños causados a la ciudad.

Al pasar por la zona es evidente el daño causado a las viviendas de Solanda. Varias casas se encuentran deshabitadas por la cantidad de daños estructurales. Al parecer hay hundimiento y destrucción desde los cimientos desde que se construyó el Metro. Los vecinos del lugar creen que se debe a la construcción del túnel que pasa bajo sus casas. Según un estudio de la Universidad Católica del Ecuador existe un nivel ‘freático’ de la tierra: humedad en el trabajo de drenado de agua y se registran, al menos, 58 fichas técnicas de casas con fisuras y grietas.

El anterior alcalde Jorge Yunda ofreció USD 3 millones para los moradores de Solanda, pero la actual administración sostiene que no existe un sustento técnico ni jurídico para cubrir esos daños. Esta obra, catalogada como eje de movilidad de la ciudad, tiene que responder por sus efectos y riesgos ocasionados.

Como un punto positivo, las autoridades mantienen la alerta epidemiológica naranja por el COVID-19, pero descuidan el cobro de garantías a la constructora del Metro y sus detalles. No es suficiente la reubicación domiciliaria, pues se trata de una obra de magnitud no cuantificada. Recordemos que el gobierno de la época se comprometió con USD 750 millones; el Banco Europeo de Inversiones 200 millones de euros y la CAF 250 millones de dólares. En 2013 se otorgó una garantía soberana al Municipio por 205 millones de dólares que le permitió suscribir un crédito con el Banco Mundial. ¿Y los daños?

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