Sentir al país

Las condiciones en que se debate Ecuador, agudizadas por la pandemia, obligan a los compatriotas a proceder con sentido de país, dejando a un lado, especialmente por parte de los líderes, comportamientos que no contribuyen a la paz y al desarrollo.

La encrucijada del momento demanda reflexiones serias con respecto al momento crucial que atraviesa la Patria, en varios aspectos, siendo el económico, el de la salud y el de conciencia de nación, los prioritarios.

Con cada día que pasa, las noticias de irregularidades copan los medios, ya no llaman la atención por su abundancia y frecuencia. Ha llegado a tanto la corrupción que no se ha respetado ni siquiera la salud y la vida, la dignidad que merecen los muertos, debido a los negociados que se han hecho inclusive con bolsas para los cadáveres.

El giro de timón de la nave estatal se vuelve imprescindible, a fin de que no prevalezcan los escollos que siguen obstruyendo la búsqueda del bienestar y el desarrollo. Se clama por dirigentes capaces y honorables, que no antepongan sus intereses personales o de grupo a los de la comunidad.

La situación tan desesperanzadora que se vive en estos territorios, debe ser asumida con la máxima exigencia; demanda medidas radicales para que no prosigan hechos que conducen, inevitablemente, al colapso de las instituciones ante la invasión de fuerzas poderosas, desestabilizadoras, sumamente peligrosas que inyectan gérmenes de odio, desunión, revanchismo, retroceso y hasta violencia.

El 11 del presente mes no es una elección cualquiera. Ahora más que nunca, se vuelve imprescindible acudir a las urnas con el voto razonado, responsable, consecuente. La presencia de un verdadero estadista se clama desde hace mucho tiempo.