El planeta se ha visto afectado por la pandemia del coronavirus, que, entre otras cosas, ha complicado la salud mental de la población. Los síntomas depresivos han aumentado considerablemente por largos y prolongados días de confinamiento; la ansiedad se ha convertido en un factor de riesgo por estar expuestos al contagio, haber perdido un familiar, vivir en contacto con algún afectado y estar expuestos a noticias falsas.
Existe mayor riesgo cuando se trabaja en centros comerciales, calles o plazas, cuando acuden a festejos en que los asistentes son numerosos o se comparte en restaurantes sin respetar el aforo permitido y las normas de bioseguridad. Las personas mayores se preocupan por su existencia y los jóvenes por la incertidumbre de su futuro. El Covid-19 ha desencadenado sufrimiento por la partida de familiares o amigos, desempleo, confinamiento, incertidumbre económica y la falta de atención primaria de salud que ha marcado el futuro de la gente. Imposible olvidar el incremento de distintas formas de corrupción producidas en los centros de salud y los GADS, cuyos actores se han enriquecido con el dolor del pueblo.
Hay que tomar medidas inmediatas para minimizar los problemas mentales que se vienen por la recesión económica y el confinamiento. Se requiere prestar atención prioritaria a los grupos con mayor riesgo y optimizar su calidad de vida con una atención integral en salud. La pandemia es un problema que deberemos seguir afrontando todos los días, nadie sabe hasta cuándo. El personal de salud merece especial atención porque vive en el problema. El colapso del sistema nacional de salud, las escasas medidas de protección hace que puedan contagiarse entre ellos y por tanto a sus familias.
Liberarse de la carga emocional desatada desde la primera ola de contagios es responsabilidad del Estado. El coronavirus afecta también al sistema nervioso central pudiendo desencadenar alteraciones psiquiátricas. La aparición de síndromes confusionales, depresivos y de ansiedad produce trastornos mentales graves para quienes los padecen. La salud mental de la población es esencial para resistir los efectos nocivos de la pandemia.